Se dice que la elaboración del queso es tan antigua como la humanidad, pues surgió junto con la doma de los animales domésticos posiblemente hace 8.000 años. Hay muchas referencias en la historia al queso, y el Feta tal como lo conocemos, un queso blanco salado y desmenuzable en salmuera elaborado con leche de oveja, puede remontarse a esa época.

En la antigua Grecia, los primeros registros de elaboración de queso se pueden encontrar en la “Odisea” de Homero, donde el cíclope llamado Polifemo fue el primero en preparar el ancestro de nuestro queso feta actual. Según el mito, transportaba la leche de sus ovejas en sacos de piel hechos con estómagos de animales. Un día se dio cuenta, para su gran sorpresa, que la leche se había cuajado y tomado forma sólida, y en realidad sabía bien. Sería imposible verificar cuándo ese mito se convirtió en la realidad de hacer queso, pero la producción de Feta se conoce desde entonces.

De hecho, durante el período arcaico, los registros apuntaban a los antiguos griegos que producían un tipo de queso feta con leche de oveja, utilizando la técnica de Polifemo, aunque en ese momento simplemente se llamaba queso.

Hoy Feta sigue siendo el queso más popular de Grecia y se disfruta en todo el mundo. Desafortunadamente, la mayor parte del Feta que se produce en masa está hecho de leche de vaca, que tiene muy poco sabor y una textura bastante diferente. True Feta debe producirse a partir de leche de oveja, como se hacía en la antigüedad. La legislación de la Unión Europea (UE) dicta que el feta debe contener un 70 % de leche de oveja para mantener su clasificación de Denominación de Origen Protegida. En La Verde Oveja creemos que se requiere 100% leche de oveja para producir la mejor forma de queso feta.